Amo al niño que ayudo a su madre a cargar el agua y la leña con esa humildad y obediencia que muy pocos poseemos en la vida.
Los niños casi siempre son rebeldes, no les gusta ayudar, primero para ellos son: sus cosas, sus juegos y su mundo. Dejaste tus cosas de lado para ser útil.
Tus raíces y tus sentimientos los fuiste forjando desde tu niñez, viste del mundo y de la vida lo que no vieron otros niños.

Amo al niño adolescente que se fue haciendo hombre, que se forjo entre la palana y la tierra para sacarle el fruto, el ardiente sol, la lluvia y la sequía, desde tu más tierna edad encalleciste tus manos en ese rústico trabajo, para después cambiar la tosca palana por el delicado pincel.
Amo al hombre que renunció a sus sueños por ayudar a su padre en las faenas del campo, ese hombre que ahogó sus anhelos de lo que quería ser en la vida (Artista Plástico) por amor a su familia, que no pudo realizar su sueño en su momento porque nació pobre, pero eso fue lo que te impulsó en la lucha de tus ideales.
Los que tienen dinero a veces no valoran sus “dones” y los anulan, pero los pobres como tú los cultivan y engrandecen, los grandes hombres vienen luchando desde abajo.
Al hombre artista lo amo y lo admiro, cuando al haber cumplido con tu familia dejaste tu tierra y tu campo en busca de tu meta (Ser Artista) viajaste con tu ilusión y esperanza muy lejos, pero en esa búsqueda no hubo nada fácil, seguiste dejando tu sueño de lado para sobrevivir y fue muy difícil esa lucha porque todavía no dejabas de lado tus fieles compañeras tu timidez tu pobreza y tu tristeza.
Habías llegado tan lejos buscando tu meta que no sabías que la tenías dentro de ti, en tu afán de lucha, en tu impulso a surgir y ser grande, en tus maravillosas manos y el arte con el pincel y sobretodo en tu don.
Me siento orgullosa de todo lo que ha logrado mi niño y mi hombre de campo por mérito propio por eso eres “AUTODIDACTA”, lo que eres hoy sólo se lo debes a Dios y a tu gran esfuerzo renunciando a las vivencias de tu niñez y juventud para entregarte al trabajo, para poder crecer en tu arte y llegar a la meta que te habías trazado desde tu niñez.
AUTORA Patricia Figallo